Hasta donde se puede deducir de las
referencias más antiguas, Simón Stock fue un Prior General inglés, conocido por
su estilo de vida santo, que murió alrededor de 1265 en Burdeos, Francia.
Después de su muerte, quienes visitaban su tumba registraron milagros y durante
el siglo XIV se desarrolló un culto local en Burdeos.
Alrededor de 1400, surgió en los
Países Bajos una leyenda separada sobre un "santo Simón" que tuvo una
visión de Nuestra Señora, en la que ella se le apareció portando el escapulario
y prometió: "Este es un privilegio para ti y tus hermanos: quien muera
usándolo, será salvo." Al cabo de unos años, las dos cuentas se fusionaron
y a Simon Stock, el Prior General, se le atribuyó la visión de Nuestra Señora.
El relato combinado rápidamente se elaboró con detalles biográficos imaginarios de la vida de Simón, como su nacimiento en Kent, su vida durante algunos
años como ermitaño en el tronco de un árbol y su autoría del “Flos Carmeli”, un
hermoso himno carmelita a Nuestra Señora. (que, de hecho, se encontró en el
siglo XIV y, por lo tanto, es anterior a la leyenda).
El culto a San Simón Stock y la
devoción al escapulario se extendieron rápidamente a lo largo de los siglos XV
y XVI y un número cada vez mayor de laicos se inscribieron en el escapulario.
Artistas de todo el mundo han retratado la visión del escapulario y se
conservan ejemplos en las iglesias carmelitas de toda la Orden. En el siglo
XVI, el culto a San Simón Stock pasó a formar parte del calendario litúrgico de
toda la Orden, celebrándose habitualmente su fiesta el 16 de mayo. La fiesta
fue omitida en la reciente reforma del calendario litúrgico después del
Vaticano II, pero ahora ha sido reintroducida.
Aunque se rechaza la historicidad
de la visión del escapulario, el escapulario en sí sigue siendo para todos los
carmelitas un signo de la protección materna de María y un compromiso personal
de seguir a Jesús tras las huellas de su Madre, modelo perfecto de todos sus
discípulos.
Celebración litúrgica,
16 de mayo
Cf O.Carm
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