Colegio Carmelita de San Andrés de
Salamanca
SAN JUAN DE LA CRUZ
ESTUDIÓ FILOSOFIA Y TEOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Y DESPUÉS FUE
ORDENADO DE SACERDOTE EL AÑO 1567, CUANDO RESIDÍA EN EL
COLEGIO CARMELITA DE SAN ANDRÉS.
YO TAMBIIÉN FUI ORDENADO
DE SARCERDOTE EN SALAMANCA, EL 25 DE ABRIL DEL AÑO 1965, CUATRO SIGLOS DESPUÉS,
CUANDO ESTUDIABA TEOLOGIA EN EL COLEGIO CARMELITA DE SAN ANDRES.
San Juan de La Cruz residió en
el Colegio Carmelita de San Andrés de Salamanca y estudió Filosofía y Teología
en la Universidad durante cuatro años.
Yo estudié en el colegio
Carmelita de San Andrés durante los cursos 1962-1963, 1963-1964, 1964-1965. Aquí
nos juntamos los jóvenes Religiosos Carmelitas de las diversas provincias de
España para estudiar Teología en nuestro Colegio. Entre estudiantes y
profesores seríamos, alrededor de 50 o 60. Eran los tiempos del Concilio
Vaticano II que se inauguró el 11 de octubre de 1962 y se clausuró el 8 de
diciembre de 1965. Por aquel entonces aún se decía la Misa en latín y de
espaldas al pueblo, con algunas oraciones al principio y al final de la Misa. En
los estudios de teología, a raíz del Concilio Vaticano II se comenzaron a usar,
cada vez más, la Sagrada Escritura y los Santos Padres. Hasta entonces
predominaban los argumentos de la razón para la defensa del estudio de algún
tema teológico, pero con la celebración del Concilio Vaticano II, enseguida se
fue notando la recuperación de la Palabra de Dios en las
celebraciones comunitarias y litúrgicas, como Palabra que acontece en nuestra
vida y nos interroga. La proclamación de la Resurrección del Señor, el Misterio
Pascual y la Eucaristía comenzó a ocupar, con fuerza, el centro de cualquier
tema teológico. La Iglesia, como pueblo de Dios, camina junto con
el presbítero, que obra en nombre de Cristo, en una actitud de servicio.
El acontecimiento más
importante para mí fue la ordenación de sacerdote en la Iglesia de nuestro
Colegio Carmelita de San Andrés, el día 25 de abril de 1965. Fuimos nueve los
religiosos carmelitas que recibimos la ordenación sacerdotal de manos de
Monseñor Federico Melendro Gutiérrez, Arzobispo jesuita de Anking (Sinis),
expulsado de China.
Cuatro religiosos pertenecían a la Provincia de Aragón y
Valencia: Ismael Fos Santamaría, Víctor Baquedano Martín, Santos Zamora Saracho y Marino Artó
Berges.
Cuatro religiosos pertenecían
a la Provincia Bética: Manuel Conde Pérez, José Candelario Peralbo Ranchal,
Alfonso Moreno González y Miguel García Román.
Un religioso pertenecía a la
Provincia de Castilla: Esteban Martín García.
La celebración de la
ordenación sacerdotal, en el templo de nuestro Colegio, fue solemnísima. Lo
mismo cabe decir de la comida de acción de gracias y de los adornos de la
Iglesia y el comedor.
El 25 de abril del año 1965,
festividad de San Marcos, fue un día que imprimió carácter en nuestras vidas.
Uno de los recuerdos más
gratos y emotivos que tengo de los tres años vividos en el colegio Carmelita de
San Andrés de Salamanca es el del canto gregoriano. Todos los Domingos y días
Festivos cantábamos en gregoriano durante las celebraciones de la Eucaristía y
de Vísperas. Resultaba emocionante y solemne, cantar al unísono en un coro de
unos 50 jóvenes.
Para mi gusto, la composición
gregoriana más bella y emotiva que he cantado ha sido la antífona del Introito o canto
de entrada de la Misa del día 16
de julio, Solemnidad de Nuestra Santísima Madre del Carmen. Dice así:
”Quam pulchri sunt gressus tui…”Cuan hermosos son tus pasos, hija del
Príncipe. Un panal que destila son tus labios y el olor de tus vestidos, como
el olor del incienso” (Ct 7, 2).
Esta bellísima estrofa del
Cantar de los Cantares, como composición gregoriana, ha sido la pieza más bella
y solemne que jamás haya escuchado. Durante tres años la canté en el Colegio
Carmelita de San Andrés de Salamanca y aun la recuerdo con nostalgia.
Por todo lo dicho, doy gracias
a Dios, a nuestro Señor Jesús y a nuestra Santísima Madre del Carmen por su protección
y consuelo a lo largo de mi vida.
José Candelario Peralbo Ranchal, O. Carm
Hola, buenas noches. Ahorita mismo acabo de leer tu recordatorio de nuestro paso por Salamanca, en el Colegio de S. Andrés. Muchos y buenos recuerdos. Hasta del canto Gregoriano del que me hice experto con Tomás de Manzarraga. Mi tesis en el curso de Gregoriano fue con una pieza propia del ritual carmelita, el "Media vita", que sorprendió al profesor. Como gustos de ese canto, el Puer natus est nobis, y el introito del domingo de sexagesima: "Exurge, quare obdormis, Domine". La pieza más clásica. Aunque para gustos...lo hablo desde la técnica y la expresividad del Puer natus. Bueno, amigo Pepillo, sin Candelario de por medio, un abrazo y ya te llamo para quedar. Buenas noches.
ResponderEliminar¡Cuánto me alegra Miguel, leer tu comentario y recordar nuestros antiguos tiempos de Salamanca en el Colegio Carmelita de San Andrés! Aquí nos forjamos en Teología, en canto gregoriano y vida Comunitaria en la Orden del Carmen. También yo tengo un gran recuerdo del canto gregoriano y una gran admiración por la antífona "Media vita" que cantábamos todas las noches en el Oficio de Completas antes de ir a la cama.
EliminarEs cierto que yo fui el amigo "Pepillo", en lo deportivo como recuerdo al gran jugador del Sevilla, pero en lo vital soy José Candelario como me puso mi madre, Isabel, en homenaje a la Virgen de la Candelaria que me protegió un 2 de febrero para que yo naciera sano y salvo a pesar de las lluvias torrenciales, los truenos y los relámpagos de aquella noche, sin partera ni protección especial. Como me decía mi madre: "A pesar de todas las inclemencias del tiempo, llegó la hora y tú naciste". Por ser este día tan especial me puso mi madre el nombre de Candelario y yo lo llevo con mucha honra a pesar de que, en un tiempo, también me resultaba difícil de asimilar. Así pues llevo el nombre de José, por mi abuela Josefa, la madre de mi padre, Juan; y el nombre de Candelario por nacer el día de la Virgen de la Candelaria y ser protegido en el momento crucial de mi nacimiento.
Es cierto que el nombre de Candelario no suena bonito en castellano, pero en el contexto histórico de mi vida resulta milagroso.
Gracias Miguel por haberme permitido este desahogo vital. Un fuerte abrazo. Pepe.