EL SÁBADO SANTO, LA IGLESIA PERMANECE JUNTO AL SEPULCRO DEL SEÑOR,
MEDITANDO SU PASIÓN Y MUERTE.
Hoy no hay Misa, el altar ha quedado vacío hasta la Solemne Vigilia Pascual.
Puntos de reflexión:
1.-Una celebración en lo profundo del alma por cuanto tiene de misterio: “la ausencia
del Señor”.
No hay
Eucaristía, ni se proclama la Palabra. El Señor ha muerto…, está ausente…,
misteriosamente muerto.
-Experiencia de
vacío ante la ausencia de un amigo. La misma que sentimos cuando se nos muere
un ser querido.
- Enmudecimiento
ante un gran dolor como el que experimentaron los amigos de Job cuando fueron a
visitarlo:
” Luego se
sentaron en el suelo, junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno
le dijo una palabra, porque vieron que el dolor era muy grande” (Job 2,13).
2.-Una Liturgia de meditación. (Cf. Liturgia
de las Horas. 2ª lectura de este día: Homilía antigua sobre el grande y Santo
Sábado).
-Sepultura del
Señor en un jardín…, evocación del jardín del Paraíso donde fue colocado Adán,
y del jardín del Esposo del Cantar de los Cantares.
-El Señor
descansa., el rey reposa., tu fiel no experimentará la corrupción., su carne
descansa serena.
-El Señor
desciende al abismo y se encuentra con los justos.
-Encuentro con Adán, la oveja perdida, padre de la
humanidad.
3.-La Iglesia, como María, permanece silenciosa ante la
ausencia del Señor.
-Privilegiar, en
este día, la celebración del Oficio de lectura.

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