ESQUEMA DE PREPARACIÓN DE LA LECTIO


Ambientación:

1.- INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO. Invocar al Espíritu Santo. Recordar que la Palabra que vas a leer está llena de su presencia. Ha sido Él quién ha guiado al autor sagrado mientras escribía y ahora es Él quien, como a los discípulos de Emaús, nos abre la inteligencia para que comprendamos el sentido de las Escrituras.

Invocación al Espíritu Santo

Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Transfórmame, Señor, con tu Espíritu.  Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Ilumíname y transfórmame, Señor.

Y déjame sentir el fuego de tu amor aquí en mi corazón, Señor (bis)

Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu. Consuélame, Señor, con tu Espíritu. Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu. Fortaléceme y Consuélame, Señor.

 CUATRO PASOS DE LA LECTIO DIVINA

2.- LECTIO. LEER EL TEXTO BÍBLICO. Leer el pasaje de la Biblia. Léelo despacio y con cuidado, preferiblemente en voz alta. Déjalo penetrar en tu corazón. Es Dios quien te habla. Trata de abrirte a la escucha de Dios a través de tres actitudes (deseo de descubrir el rostro de Cristo a través de las palabras de la Escritura; voluntad de dejarse transformar por Dios, de convertirse en un hombre nuevo; ”determinada determinación” –decisión- de orientar la vida hacia el futuro de Dios, hacia la esperanza de la transformación de un mundo nuevo).

2.1.- PISTAS DE LECTURA DEL TEXTO (comentario bíblico).

2.2.- RELEER EL TEXTO. Lectura del texto nuevamente en voz alta.

3.- MEDITATIO. MEDITAR NUEVAMENTE EL TEXTO. Sigue la meditación que tiene como objetivo sacar a la luz la verdad escondida en el texto. Se hace en silencio. Trata de hacer esto siguiendo estos pasos. ESCRUTAR el texto para entender bien su sentido en el conjunto de la Escrituras.  BUSCAR textos paralelos en la Biblia que puedan iluminar el pasaje. Si es un texto del AT intenta descubrir allí el rostro de Jesús. Y, lo más importante, trata de entender lo que Dios te dice a ti en el texto. ¿QUÉ TIENE QUE VER EL TEXTO EN TU VIDA? ¿CÓMO RESUENA EN TU HISTORIA? ¿CÓMO TE VES REFLEJADO EN ÉL? Una pequeña antífona cantada, o una invitación del que dirige, puede ser la señal para concluir con la meditación e iniciar la oración.

4.- ORATIO. Hasta ahora Dios te ha hablado. Ahora te toca a ti responder libremente y compartirlo con la comunidad. Es el momento para ORAR CON EL TEXTO. RESPONDER A DIOS CON LA ACCIÓN DE GRACIAS, SÚPLICA, ALABANZA, RESONANCIA DE LA PALABRA EN TU VIDA, EL SILENCIO, etc. Finalmente, todas las intervenciones de los hermanos se recogen DIRIGIENDO A DIOS una oración. La mejor manera de concluir es ELEVAR un oración que sea grata a Dios: HABLARLE a Dios con sus MISMAS PALABRAS. El libro por excelencia que recoge todos los registros por donde puede atravesar el hombre es el SALTERIO. El que dirige ELIGE UN SALMO que resuma la oración de la comunidad y esté en sintonía con la lectura proclamada.

5.- Es optativo, pero si durante la lectio hay tiempo, sería conveniente PROCLAMAR LA PALABRA una tercera vez. La comunidad se pone de pie, realzando la dignidad de la Palabra de Dios, y, esta vez se proclama, gustándola nuevamente, y testificando que se hace acontecimiento en la vida de los hermanos de la comunidad. 

6.- CONTEMPLATIO. La contemplación es el último grado de la “lectio divina”, es su punto de llegada, pero esta llegada se convierte en descanso para un nuevo comienzo. “LA PALABRA ESTÁ CERCA DE TI, LA TIENES EN LOS LABIOS Y EN EL CORAZÓN”. GUARDA ALGUNA PALABRA O FRASE, CONSÉRVALA EN TU MENTE. CONTEMPLA EL MUNDO CON LA MIRADA DE DIOS. CONTINÚA CON LA VIDA DIARIA ILUMINADO POR LA PALABRA RECIBIDA. Dios en su bondad nos envuelve, nos alcanza, y aprendemos progresivamente a pensar según Dios, a mirar las cosas con los ojos de Dios y a amar la humanidad con el corazón de Dios.

7.- PADRENUESTRO Y DESPEDIDA. 

8.- ANTÍFONA MARIANA.

- Bajo tu amparo nos acogemos, 

Santa Madre de Dios.

No desoigas la oración de tus hijos necesitados.

Líbranos de todo peligro. ¡Oh, siempre Virgen,

 gloriosa y bendita 


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