L E C T I O  D I V I N A

Domingo primero de Cuaresma. Ciclo C


          Ambientación:

 La gran tentación del hombre de hoy es querer reducir todo el horizonte de su vida a la mera satisfacción de sus deseos. Nuestra mayor satisfacción y, a veces, casi la única, es digerir y consumir comidas, artículos, objetos, espectáculos, libros, televisión, etc. 

Corremos la tentación de buscar el placer fuera y más allá de la necesidad, incluso, en detrimento de la vida y la convivencia. Porque falseamos la vida y lo reducimos todo a mera utilidad y provecho, terminamos luchando por satisfacer nuestros deseos, aun a costa de los demás, provocando así la competencia y la guerra entre nosotros. 

Necesitamos “volver al desierto” y aprender de Jesús que se negó a hacer milagros por pura utilidad y provecho;  aprender la verdad de sus palabras, cuando dijo: ”no sólo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”.

Al escucharlas, nos damos cuenta de que, nuestra vida, no es vida. Necesitamos liberarnos de nuestra avidez egoísta y superficial, y escuchar a Dios que nos invita a gozar creando solidaridad, amistad y verdadera fraternidad. 


     Invocación al Espíritu Santo

          Oh Señor, envía tu Espíritu, 

          Que renueve la faz de la tierra.

¡Oh Señor, que mi alma te bendiga!

¡Oh Dios, tú eres grande!

Vestido de esplendor y belleza. 

       Oración : Espíritu de verdad, enviado por Jesús para conducirnos a la verdad, toda entera, abre nuestra mente a la inteligencia de las Escrituras. Tú que descendiendo sobre María de Nazaret, la convertiste en tierra buena, donde el Verbo de Dios pudo germinar, purifica nuestros corazones de todo lo que pone resistencia a la Palabra. 

     Haz que aprendamos, como Ella, a escuchar con corazón bueno y perfecto la Palabra que Dios nos envía en la vida y en la Escritura para que custodiándola con perseverancia, produzca frutos abundantes de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén


Lectura del santo Evangelio según San Lucas 4,1-13.

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.

Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.

Entonces el diablo le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.

Jesús le contestó:

-Está escrito: «No sólo de pan vive el hombre.»

Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y le dijo:

-Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo.

Jesús le contestó:

-Está escrito: «Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo darás culto.»

Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti», y también: «Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.»

Jesús le contestó:

-Está mandado: «No tentarás al Señor tu Dios.»

Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión.

 

1.-LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Comentario: 

El mismo Espíritu que descendió sobre Jesús en el Jordán es el que conduce a Jesús al desierto para ser tentado. Por tanto, las tentaciones son queridas expresamente por Dios (cf. Mt 4, 1).

También en esto, en la prueba y en la tentación, el Hijo de Dios se hizo semejante a todos los hombres (Hb. 4, 5).

En la primera tentación, el diablo pretende que Jesús resuelva sus propios problemas, el hambre, utilizando para sí el poder que ha recibido del Padre. Es la tentación de bajar de la cruz y no beber el cáliz que el Padre le ha preparado: "A otros ha salvado y a sí mismo no puede salvarse. Si es el rey de Israel, que baje de la cruz y creeremos en él". (Mt 27,42).

 Jesús vence con "la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios" (Ef 6, 17).

 Toma su argumento y su defensa de Dt 8, 3. La palabra de Dios, expresión de la voluntad del Padre, es poderosa para mantener al hombre en la verdadera vida. Y ésa, no es el pan, es el auténtico alimento de Jesús: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y acabar su obra" (Jn 4, 34).

En la segunda tentación, que es la tercera en Mt, el diablo muestra a Jesús fantásticamente, "en un instante", todos los reinos del mundo. Se vanagloria de que todos le pertenecen y se los ofrece con tal que se haga su esclavo. 

Si hubiera cedido a la tentación del poder, Jesús no hubiera muerto en la cruz. Pero Jesús prefirió luchar contra esa tentación, recurriendo también a la palabra de Dios: “Al Señor tu Dios adorarás y a él solo darás culto” (cf. Dt 6, 13).

La tercera tentación (segunda de Mt) enlaza mejor con la primera. Pues el diablo toma pie de la confianza de Jesús en la palabra de Dios: "Si se vive de la palabra de Dios, ¿por qué ha de temer la muerte el que confía en esa palabra?".

 El diablo quiere inducir a Jesús a un abuso de confianza en la palabra de Dios, que promete proteger al justo (cf. Sal 91; primera lectura de hoy).

 Es la tentación de disponer a ultranza de Dios y de tomarle la palabra, en vez de ponerse confiadamente a su disposición.

 Jesús responde de nuevo con otra cita bíblica: ”No tentarás al Señor tu Dios” (Dt 6, 16).

Cf. EUCARISTÍA 1989, 8 

2.-MEDITACIÓN:  Nos dejamos interpelar por la Palabra de Dios. ¿Qué me dice el texto? Momento de silencio (10 minutos). Repetir el texto en el interior.

3.-ORACIÓN.  Respondemos comunitariamente a Dios con algún Salmo o alguna plegaria, en forma de preces, de súplica, de acción de gracias o alabanza.

Salmo 90: Dios nos protege y está con nosotros en la tentación

(Os he dado potestad para pisotear

serpientes y escorpiones. Lc 10,19)

Tú que habitas al amparo del Altísimo,

que vives a la sombra del Omnipotente,

di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,

Dios mío, confío en ti.»

Él te librará de la red del cazador,

de la peste funesta.

Te cubrirá con sus plumas,

bajo sus alas te refugiarás:

su brazo es escudo y armadura.

No temerás el espanto nocturno,

ni la flecha que vuela de día,

ni la peste que se desliza en las tinieblas,

ni la epidemia que devasta a mediodía.

Caerán a tu izquierda mil,

diez mil a tu derecha;

a ti no te alcanzará.

Nada más mirar con tus ojos,

verás la paga de los malvados,

porque hiciste del Señor tu refugio,

tomaste al Altísimo por defensa.

No se te acercará la desgracia,

ni la plaga llegará hasta tu tienda,

porque a sus ángeles ha dado órdenes

para que te guarden en tus caminos;

te llevarán en sus palmas,

para que tu pie no tropiece en la piedra;

caminarás sobre áspides y víboras,

pisotearás leones y dragones.

«Se puso junto a mí: lo libraré;

lo protegeré porque conoce mi nombre,

me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación,

lo defenderé, lo glorificaré,

lo saciaré de largos días

y le haré ver mi salvación.»

Orar el texto: compartir la oración en forma de preces, alabanza, súplica, acción de gracias, etc.

Peticiones espontáneas. 

Al final recitamos el Padrenuestro

ORACIÓN:

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra, que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra de Dios. Tú que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

4.-CONTEMPLACIÓN: Es el punto de llegada, la cual se convierte en descanso para un nuevo comienzo. 

“La Palabra está cerca de ti, la tienes en los labios y en el corazón”.

Guarda alguna palabra o frase de esta Lectio en tu mente y repítela en tu corazón. Contempla el mundo con la mirada de Dios y ama a la humanidad con el corazón de Dios.

CANTO FINAL a la Santísima Virgen María

1.- Luz de la mañana, de la mar estrella,

Flor radiante y bella, Reina soberana.

Madre que nos amas, Virgen nazarena,

Rosa y azucena, guarda nuestras almas.

¡Madre que nos amas!


2.- Bajo tu amparo nos acogemos, 

Santa Madre de Dios.

No desoigas la oración de tus hijos necesitados.

Líbranos de todo peligro. ¡Oh, siempre Virgen,

gloriosa y bendita.


3.- Ven con nosotros a caminar

1.- Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás,

contigo, por el camino, Santa María va. 

Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven (bis)

2.- Aunque te digan algunos que nada puede cambiar,

lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.

3.- Si por el mundo los hombres sin conocerse van,

no niegues nunca tu mano al que contigo está.

4.- Aunque parezcan tus pasos, inútil caminar,

tú vas haciendo camino, otros lo seguirán.












Comentarios

Entradas populares de este blog

NACIMIENTO DE UN BLOG