TESTIMONIO AGRADECIDO
El mediodía del miércoles 16 de octubre fue interrumpido con un hecho que a todos nos sobrecogió el corazón: nuestro querido P. José Peralbo había sufrido un ictus y tuvo que ser ingresado en Urgencias del Hospital Virgen del Rocío. Medio cuerpo paralizado, pensamiento inconexo e incapacidad para hablar y comer. El neurólogo nos dijo que a causa de que en Urgencias no le atendieran por ictus sino por otro diagnóstico, y como ya había pasado demasiado tiempo, ya no se recuperaría sino que seguiría en ese estado para siempre. Sin embargo, a día de hoy, el P. Peralbo ha retomado su deglutición normal, el poder hablar y razonar como antes, ha recuperado toda su movilidad y, en definitiva, ha vuelto a la normalidad. Por eso, en este artículo, solamente quiero usarlo para dar ¡GRACIAS!
En primer lugar quiero dar gracias a DIOS y a NUESTRA SANTÍSIMA MADRE DEL CARMEN, puesto que, como nos dijeron en el Hospital: “Vuestro hermano debe considerarse un bendecido, pues el que esté como está de bien no es para nada normal”. También agradecer a Santa Teresita del Niño Jesús, de la que el P. Peralbo es muy devoto, porque como él dice: “ella pide mucho por los sacerdotes”.
Como Prior de esta casa, es un honor y orgullo el dar gracias a mis hermanos de Comunidad: el P. David y el P. Emmanuel, pues a pesar de uno tener múltiples obligaciones como Provincial, y otro su complicada situación, han colaborado enormemente para que, en equipo fraterno, consiguiéramos que el P. Peralbo estuviese constantemente atendido por uno de nosotros (y eso sin fallar en el horario comunitario y sin desatender el servicio pastoral y los compromisos que ya teníamos adquiridos de hace meses… ¡todo un logro!). En este sentido fue de gran ayuda la presencia de Fray Paco Rivera, que desde Osuna se presentó con total disponibilidad para ayudarnos, pues sin él realmente hubiese sido imposible.
Agradecer también al servicio médico y sanitario del Hospital Virgen del Rocío y del Hospital de San Juan de Dios. Éste último ofrecido generosamente por la Comunidad de Hermanos de San Juan de Dios. Su espíritu de servicio ha sido tal que, en palabras del P. Peralbo, “nos han atendido como si fuésemos sus propios hermanos” y nos han “cautivado porque son los que viven íntegramente el mensaje de Jesucristo”.
No puedo olvidar dar las gracias a los hermanos y hermanas de la Tercera Orden del Carmen de Sevilla, que bien con su presencia, bien con su oración e interés, han manifestado el cariño que siempre han sentido en esta casa por los Carmelitas. Y, como no, por supuesto a nuestras Monjas Carmelitas de Santa Ana, que todos los días se interesaban por el estado de salud de su Confesor y que sabemos de buena tinta han rezado mucho por su pronta curación, al igual que los hermanos de la Provincia Bética, feligreses de la Parroquia de Nuestra Señora de Begoña de Madrid y los demás monasterios de nuestras monjas Carmelitas, que con sus oraciones y mensajes de ánimo han hecho más llevadero este tiempo de hospitalización.
Y, de un modo especial, agradecer a María (nuestra cocinera) y María Isabel (nuestra limpiadora) que con sus consejos nos iluminaban para saber qué hacer y cómo manejarnos ante una situación que, en un principio, se presentaba totalmente novedosa y compleja. Y que cuando el P. Peralbo llegó de nuevo a casa se han desvivido en multitud de atenciones y delicadezas con nuestro hermano.
Finalmente quiero dar también las gracias al P. Peralbo, que fue mi Maestro de Novicios, y que estos días, viéndole y escuchando sus reflexiones, han sido para mí un segundo Noviciado. Recuerdo cuando en la sala del Hospital me decía que le leyera la Palabra de Dios o cuando, por citar solamente dos pensamientos, repetía las palabras de San Pablo: “completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo” (Col. 1,24) pero añadiendo: “Cristo padeció su pasión sin palabras de consuelo ni enfermeras, en cambio yo estoy rodeado de cuidados”; Y al expresar que lo que le había pasado, Dios lo había permitido como una purificación adelantada de lo que debía de padecer en el Purgatorio.
¡Gracias P. Peralbo por tu testimonio de fe! ¡Gracias a todos! Y muchas gracias a Nuestro buen Dios que, por intercesión de la Virgen del Carmelo y de Santa Teresita, han devuelto la salud a nuestro José Candelario Peralbo Ranchal...
Sevilla, 18 de diciembre de 2024
Festividad de Santa María de la Esperanza
P. José Manuel Granados Rivera, O. Carm.
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