EL ESCAPULARIO DEL CARMEN COMO SIGNO DE LA PROTECCIÓN
DE MARIA PARA EL SEGUIMIENTO DE JESUCRISTO.
Los Carmelitas vuelven a Europa
a mediados del siglo XIII
y no se les acepta con facilidad.
El cuarto Concilio de Letrán de 1215 prohibía la fundación de nuevas Órdenes Religiosas en la iglesia. Y
las que se fundaran en Occidente tenían que tener como Regla de vida la de San
Benito o la de San Agustín.
Esta misma doctrina la repetiría, 24 años más tarde, el II
Concilio de Lyon en 1274.
Los Carmelitas que regresan a
Europa, alrededor de 1238
y se encuentran con múltiples problemas, en cuanto que:
-
quieren pasar de eremitas a mendicantes
-
tienen una Regla de vida tradicional, recibida del patriarca de Jerusalén,
Alberto Avogadro
-
usan una capa barrada, al estilo de los cruzados
-
se hacen llamar, “Hermanos de la B.V.M. del Monte Carmelo”, título por el que
se les mira como señal de arrogancia.
- Por este tiempo ejercía
de Prior General de la Orden es,
SIMÓN STOK, quien se dirige fervientemente a la Virgen suplicándole su protección
con la plegaría que, a cada momento, cantamos nosotros:
“Flor del Carmelo, viña
florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda, singular. ¡Oh Madre tierna!
Intacta de hombre, a los carmelitas, proteja tu nombre, Estrella del mar”.
Como
fruto de esa intensa oración, cuenta la tradición, que se le apareció la Santísima Virgen en
1251, en Aysleford (Inglaterra) y le prometió que la Orden del
Carmen no se extinguiría.
Y como signo de especial protección, le regaló el santo Escapulario, con
la promesa de que quien muriese con él
no padecería el fuego del infierno.
Es decir: que
se salvaría”.
SAN SIMÓN STOK (1165-1265) fue
el 6º Prior General de la Orden. Tuvo una larga vida. Murió a los cien años, en
Burdeos, cuando estaba visitando la Provincia de Gascuña (Francia).
Los Carmelitas extienden la devoción
del santo escapulario por todo el mundo,
hasta el punto de ser, junto con el rosario, las devociones más universales.
Los Papas han recomendado las
devociones del rosario y del escapulario en muchos de sus mensajes.
El Papa Pablo VI, en
la carta que dirigió al Cardenal Legado del Congreso Mariológico de Santo
Domingo, Raul Silva, el 2 de febrero de 1965, le decía:
“Inculca
el uso devoto del Escapulario del Carmen”
Y el Cardenal legado, en el discurso
de apertura del Congreso, dijo refiriéndose al escapulario:
El sentido religioso del vestido no
es un tema aislado en los libros Santos. La vestimenta expresa:
-la intimidad del hombre en sí mismo
-y en sus relaciones con Dios y con
los hermanos.
Constituye, por tanto, un símbolo
apto para expresar:
-un estado de vida
-una alianza
-una fraternidad
-una consagración.
Simbólicamente, el escapulario significa
revestirnos de Jesucristo.
-Es un signo de consagración a Dios
por medio de María, que nos reviste de Jesucristo, el hombre nuevo.
-Una participación de los consejos
evangélicos que han profesado los Religiosos Carmelitas.
-Una participación en los bienes
espirituales de la orden del Carmen.
El Papa Juan Pablo II era
un gran devoto del Escapulario del Carmen. Siempre lo llevaba sobre su pecho y
se sentía orgulloso de llevarlo.
Cuando sufrió el atentado, su
escapulario se tiñó de sangre. Lo guardó como signo de protección de la
Santísima Virgen.
Tras su muerte mandaron este
escapulario a la Curia General de los Carmelitas de Roma para que lo guardaran
como reliquia, como cumplimiento de un deseo del Papa.
El Beato Isidoro Bakanja (1885-1909) fue
un catequista laico del Congo Belga, antiguo Zaire. Se hizo cristiano siendo
adolescente. Fue el primer católico de su región. Fue muy devoto del rosario y
del Escapulario del Carmen. Hizo apostolado con la oración y con obras de
caridad.
Mantuvo el escapulario sobre su
pecho desobedeciendo a su patrón quien lo flagelaba hasta derramar sangre.
Después de 6 meses de sufrimiento a causa de la flagelación, murió rezando por
su verdugo el 15 de agosto de 1909. El Papa Juan Pablo II lo elevó a los
altares.
El valor y el sentido del
Escapulario
-El Escapulario hunde
sus raíces en la tradición de la Orden,
que lo ha interpretado como signo de protección materna de María. Tiene, en sí mismo, a partir de esa experiencia
plurisecular, un sentido espiritual aprobado por la Iglesia:
-Representa la determinación
del cristiano de seguir a Jesús, como María, el
modelo perfecto de todo discípulo de Cristo. Esta determinación del cristiano
de seguir a Jesucristo tiene su origen en el bautismo que nos transforma en
hijos de Dios.
La Virgen nos enseña a:
- Vivir abiertos a Dios y a su
voluntad, manifestada en los acontecimientos de la vida.
- Escuchar la Palabra de Dios en la
Biblia y en la vida, a creer en ella y a poner en práctica sus exigencias.
- Orar en todo momento, descubriendo
a Dios presente en todas las circunstancias.
- Vivir cercanos a las necesidades
de nuestros hermanos y a solidarizarnos con ellos.
El privilegio sabatino
-Se llama así, a la gracia concedida, según la tradición,
al papa Juan XXII el 1322 y
repetidas veces aprobada por los papas. Según esta promesa, los que hayan
muerto en gracia vistiendo el Escapulario y expían sus culpas en el Purgatorio,
por intercesión de la Virgen María, saldrán de él lo antes posible, a lo
más tardar el
sábado siguiente después de su muerte.
Esta es la segunda gran promesa del
Escapulario.
El Escapulario nos introduce
en la fraternidad del Carmelo,
en la Comunidad de Religiosos y Religiosas, presentes en la Iglesia desde hace
más de ocho siglos, y nos invita a vivir el ideal de esta familia religiosa: la
amistad íntima con Dios en la oración, siendo contemplativos en la acción.
-Nos coloca delante el ejemplo de los santos y santas del Carmelo, con los que se establece una relación familiar de
hermanos y hermanas.
- Expresa la fe en el
encuentro con Dios en la vida eterna,
mediante la ayuda y protección de María.
El Escapulario NO ha pasado de moda. Es
de palpitante actualidad.
-Es la respuesta elocuente a la doctrina de la Mediación universal de
María.
-Los papas Pío XII, Pablo VI y
Juan Pablo II nos han recordado, repetidas veces, que este vestido de María es
muy apto para despertar y vivir la auténtica devoción a la Madre del Redentor,
igual hoy que lo fue ayer. Por ello mi consejo es: ¡Viste el Escapulario!
El verdadero valor y
sentido del escapulario.
-Desde el punto de vista
histórico, las “devociones privadas” o “piadosas tradiciones” sólo tienen un
valor relativo (San Pío X, 1910).
-Desde el punto de vista
doctrinal puede tener un valor absoluto.
Es un medio excelente de vida
interior como signo de consagración al corazón Inmaculado de María y de
orientación de toda nuestra vida a Dios.
-Las grandes promesas de salvación
inherentes a quienes vistieren el Santo Escapulario no son más que la
aplicación concreta del conocido principio teológico que dice:
-NINGÚN DEVOTO DE MARÍA
SE PUEDE PERDER” o también
-LA DEVOCIÓN A MARÍA ES SEÑAL DE
PREDESTINACIÓN”.
Para alcanzar las dos grandes promesas: Morir en gracia
de Dios y salir del Purgatorio, no basta con sólo vestir el Escapulario.
- El llevarlo sobre el pecho será
como “un recuerdo, un “memorial” para vivir las virtudes
cristianas, para cumplir los mandamientos de Dios y de la Iglesia: “Haced lo que
Él os diga” (Jn 2,5).
Vestir el Escapulario me invita a
vivir en obsequio de Jesucristo y a llevar una vida profundamente mariana.
El Escapulario un signo
mariano
Uno de los signos de la tradición de
la Iglesia, desde hace siete siglos, es el Escapulario de la Virgen del Carmen.
Es un signo aprobado por la iglesia
y aceptado por la Orden del Carmen como manifestación externa de amor a María,
de confianza filial en ella y como compromiso de imitar su vida.
-La palabra “Escapulario” indica un vestido
superpuesto, que llevaban los monjes durante el trabajo manual.
-Con el tiempo se le fue dando un
sentido simbólico: el de llevar la cruz de cada día, como discípulos y
seguidores de Jesús.
En algunas Órdenes religiosas, como
en el Carmelo, el Escapulario se convirtió también en signo de su manera de ser
y de vivir.
El escapulario pasó a simbolizar la
dedicación especial de los carmelitas a María, la Madre del Señor, y
a expresar la confianza en su
protección maternal.
Normas prácticas
- El Escapulario se impone una sola vez
por un sacerdote o por una persona autorizada.
- Puede ser sustituido por una
medalla que tenga por una parte la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y por la
otra la de la Virgen.
Fórmula breve para la
imposición del Escapulario
Recibe este Escapulario, signo de la
relación especial con María, la Madre de Jesús. Que este Escapulario te
recuerde tu dignidad de cristiano, tu dedicación al servicio de los demás y a
la imitación de María.
Llévalo como señal de su protección y
como signo de tu pertenencia a la familia del Carmelo, dispuesto a cumplir la
voluntad de Dios y a empeñarte en el trabajo por la construcción de un mundo
mejor que responda a su plan de fraternidad, justicia y paz.
Cf. O.Carm
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